¿Cómo explicas lo que haces sin que suene a “más de lo mismo”?
Puede que ya estés vendiendo tus productos…
O que estés a punto de dar el salto y aún no tengas ni web ni redes.
Sea cual sea tu momento, hay una pregunta que tarde o temprano aparece:
¿Cómo hago para que la gente entienda el valor real de lo que ofrezco?
Porque una cosa es producir alimentos con cariño y conciencia…
Y otra muy distinta, lograr que eso se comunique bien.
Sin parecer insistente.
Sin sonar como todos los demás.
Hoy quiero ayudarte a dar ese paso: descubrir tu propuesta de valor.
Y hacerlo aunque no tengas experiencia en marketing, ni un plan perfecto, ni presupuesto.
¿Qué es exactamente una propuesta de valor?
Tu propuesta de valor es el motivo por el cuál un cliente elegirá comprarte a ti por delante de comprar a otra persona.
¡Aunque seas más caro!
No es lo que tú ves.
Es lo que tu cliente siente, comprende y valora.
Aunque no lo creas, no vendes pan, miel, yogures o carne.
Vendes algo mucho más valioso.
Lo que realmente vendes es cómo ese pan, esa miel, esos yogures o esa carne transforman la vida de tus clientes.
El pan, la miel, lo que sea, tus clientes lo pueden encontrar en la tienda de la esquina o en el súper.
Pero la transformación, eso solo lo consiguen cuando te compran a ti.
Además, cuando tienes clara tu propuesta de valor:
- Comunicas con más confianza
- Atraes a las personas adecuadas
- Te diferencias sin competir por precio
- Y vendes sin sentirte un impostor ni un vendemotos
¿Cómo identificar tu propuesta de valor?
No necesitas grandes análisis. Solo responder con honestidad a estas tres preguntas:
1. ¿Qué problema resuelves o qué deseo satisfaces?
Ejemplos:
- Ofreces carne sin tóxicos a familias preocupadas por su salud
- Haces conservas naturales para personas que valoran el sabor de antes
- Cultivas verdura regenerativa para quienes cuidan del planeta desde la compra
2. ¿Qué te hace diferente?
- Tu forma de producir
- Tu historia
- Tu forma de tratar a los clientes
- La manera en que entregas tus productos
→ No se trata de inventar una rareza, sino de reconocer tu singularidad
3. ¿Qué gana tu cliente al comprarte?
- Salud
- Tranquilidad
- Confianza
- Sabor
- Bienestar
- Conexión con lo auténtico
Piensa siempre desde su experiencia, no desde tu esfuerzo.
Y fíjate en que muchos de los beneficios que nuestros clientes obtienen de nuestros productos son intangibles.
Sensaciones, emociones, paz mental…
Cosas que realmente no tienen precio.
Ejemplos reales y concretos de propuestas de valor
Elaboradora de pan ecológico sin gluten:
“No hago solo pan. Ayudo a familias con sensibilidad alimentaria a recuperar el placer de comer sin dolor ni miedo.”
Ganadero regenerativo:
“Ofrezco carne que alimenta de verdad y apoya a quienes quieren cuidar el planeta desde su plato.”
Hortelana de temporada:
“Entrego cestas con sabor, color y raíces, para personas que quieren comer verduras de verdad con el sabor de antes”
¿Ves? No es solo el producto.
Es lo que provocas en quien te compra.
Errores comunes con la propuesta de valor
- Pensar que “buena calidad” es suficiente
- Copiar frases de otras marcas que no reflejan tu realidad
- Hablar desde lo técnico o desde el ego (“uso variedades antiguas, manejo holístico, diseño keyline…”)
- Olvidar para quién lo haces y por qué eso es valioso
Tu propuesta de valor debe ser tuya, sentida y centrada en quien la recibe.
EJERCICIO: Tu propuesta de valor en 3 frases
Coge papel y boli. Escribe una versión simple con esta estructura:
- Lo que hago:
“Cultivo tomates ecológicos…” - Para quién lo hago:
“…para familias que buscan comer sin tóxicos…” - Qué cambio genero:
“…porque quieren estar tranquilas sabiendo que alimentan bien a sus hijos.”
Tu resultado podría sonar así:
“Cultivo tomates ecológicos para familias que buscan comer sin tóxicos, porque quieren estar tranquilas sabiendo que alimentan bien a sus hijos.”
Haz varias pruebas. Léelo en voz alta. Si te emociona un poco, vas bien.
¿Y ahora qué?
Me encantaría que compartieras tu propuesta de valor en los comentarios.
No solo para que te ayude a fijarla, sino para que otras personas también se inspiren y aprendan contigo.
Si este artículo te ha ayudado, el siguiente paso natural es:
“Cómo usar tu propuesta de valor en tu comunicación (sin parecer comercial)”.
Y si no quieres perderte nada, ya sabes:
Suscríbete a mi newsletter para recibir ideas prácticas, ejemplos reales y recursos para vender con raíces y sin perder tu esencia.
Con raíces,
Mónica.